“Hoy, solo saben mis labios murmurar,
La indecisa canción que unió un día
a dos auroras distintas,
En la mitad del silencio,
Dejando llegar un adiós sin palabras,
Las ansias desoladas, sin respuestas...” P.A.T
Apareces nuevamente en mi vida para hablarme del pasado,
dices que a pesar del tiempo no me has olvidado,
como si a mí, el pasado no me hubiera marcado...
No sabes el porqué deje de amarte, ni lo qué le paso a mi corazón,
culpas a la mala magia, hechicerías y demás.
Me brindaste mucho de ti, es verdad,
aunque quizá no de la manera correcta,
recuerda que en cuestiones de amor, poco sabía,
te entregue mi corazón para que lo cuidarás,
para que me protegieras...
Creíste que todo estaba escrito, que hacías lo correcto, tal vez sin darte cuenta, lo que conseguiste fue disminuir mi esencia, hacer que buscará la forma de respirar, que te dejará de amar.
No pretendas decir que fui yo quien acabo con todo, te repito eras tu quien me guiaba, y quien me dejo a medio camino...
Vida todo soy y quisiera ser la nada, borrar toda historia que no tuvo sentido. Desgracio mi gusto y mi visión... de ser posible no ser tan siquiera aire.
Siento mis latidos ausentes, dentro de esta congoja de amaneceres, descifrando aquella desdicha, a causa de tanto estrago, desamor y turbulencia.
Culpo a tu egoísmo que insiste en tenerme aquí, mírame estoy sola triste y derrotada... no hallo aquello que me pusiste en el camino.
Mírame y entenderás... de nada sirve continuar los días, de nada sirve continuar los sueños, porque todo soy y quisiera ser la nada.
Sentada sobre este silencio... miro hacía el vacío, los recuerdos punzan sin piedad, efímeros momentos... Tal vez tan cortos, tal vez tan simples, pero siguen ahí, hablandome de ti.
Hace tanto que ha muerto tu voz, la misma que antes me acompañaba, ahora sólo me quedan las cosas que callan, que me obligan a guardar silencio.
Sigo impregnada de este derroche, desde aquel día que quede atrapada en esa brisa fugaz de una tarde fría.
Ahora vendrá la muerte, viva ante mis ojos, sí es que ya no cruzó este umbral...
Hace tanto tiempo que no vivía un momento como éste...
Empieza a caer la lluvia, la veo desde mi ventana, se escuchan las gotas salpicar fuerte sobre el tejado.
Empieza a oscurecer, se ve nublada la calle. Hace frío en esta ciudad tan calurosa ( ha entrado el invierno).Hace tanto que no sentía ésta tranquilidad, éste silencio, sólo percibo el sonido de la lluvia. Es cómo si todo lo demás no existiera... Llegan a mi mente recuerdos de un pasado, de momentos muy parecidos a este, en mi bella ciudad fría en todo invierno, esa en la que casi no para de llover. Me sentaba a observar la lluvia, para inspirarme, para pensar en amores, para soñar despierta. Esa ciudad de la que partí un día buscando nuevos horizontes, la que guardas mis más preciados recuerdos, de mi infancia, de esa parte de mi adolescencia, de mi primer amor...se quedaron marcados en sus calles, como marca la lluvia a la tierra. ¡Desearía tanto respirar ese aire, que ésta fuera su lluvia..."la distancia hace ver todo más bonito"! Dormir sería agradable mientras llueve, pero para qué perderme esta sensación que se alberga en mi. Mi habitación se ilumina, los truenos y relámpagos interrumpen un poco la paz. Observo a mi gato que esta echado a mis pies, alterado, con los ojos bien abiertos mirando a su alrededor con las orejas quietas, temeroso de que tal vez, el mundo se nos venga encima.
Sabes, hice un pacto con Dios, no de sangre precisamente... le pedí que yo debería partir primero, para no asistir a tu final.
¡Mi viejo querido!, parece que no me hice entender, puesto que has sido tu, él que se ha marchado, él que se ha ido, para nunca regresar. ¡Mi viejo querido! me ahogo en mi tristeza, al recordar tus palabras sabias, tu mirada, llena de esperanza urgando en los corazones desesperados.
Este cielo, el olor de la llanura, la finca, los árboles que trepabas para quitarle la maleza, los caballos en que cabalgabas, los perros que aún levantan sus orejas como si escucharan tu llamado... están desolados sin tu presencia.
¡Mi viejo querido! tengo miedo, soy cobarde, no tengo ni la fuerza ni la nobleza que me enseñaste, no soy el hombre, no fui el hijo que esperabas.
No aprendí de tí, de tus virtudes, y esfuerzos. no comprendí cuando en vida, me aconsejabas aunque tratabas de no juzgarme.
Ahora es demasiado tarde... me has dejado solo, mientras me miro al espejo, para descubrir ¡mi viejo querido! que ahora el viejo soy yo.
Ayer se derrumbo mi nostalgia ante tu mirada, Sentí a mi ser palpitar sin perjuicio, Yo, que lo creí inexistente en mi vida, ya ves, mi dogma de ángel ímperactivo, quedo débil ante tu presencia.
¡Hoy desperté viva, buscándote!, llena de ilusiones que creí perdidas, se me escapa un suspiro, una sonrisa, cada vez que el viento me trae tu recuerdo.
Te quiero llevar siempre así, en el alma, en mis pensamientos, en las dudas fijas de la pared, todo y nada me importa si vuelvo a estar a tu lado.
P.A.T
LA REALIDAD ES ESTA... A LA QUE TANTO LE TEMO. DE LA QUE HE TRATADO DE HUIR EN VANO... AHOGANDOME EN MIS SILENCIOS.
Les comparto este video el cual realice junto a otros compañeros de trabajo, como comunicadora social, en el que brindamos un poco de amor y ayuda a un grupo de habitantes de la calle...lo titulamos un momento de felicidad por lo que significo ese momento y experiencia para quienes han sido olvidados por la sociedad.
¿QUIENES SON?:
Cuando un niño pasa fumando un “cacho”, mientras sonríe y baila por la calle, arrastrando sus enormes chanclas con las puntas arrancadas, la camisa ancha larga, unos jeans desgastados y sucios. No sé sabe si reír por sus fachas y dísparates que habla, o sentir lástima de ver sus ojos entrecerrados que miran sin ver el camino que anda. Por la inocencia que ya no embarga su vida, que quedo borrada en las cicatrices que se alcanzan a mirar en sus manos y rostro, de los golpes y cortes de navaja que le han dejado las peleas con otros como él.
Así era Carlitos el loco del barrio, “el pelado vacan”, pero arruinado en todo su ser, el de los mandados. Dormía en una carretilla en la esquina al pie de la puerta de la tienda de doña Ana, y que un día no despertó a los vecinos con su singular silbido. Cuando algunos pasaron a su lado, al ver que ya era de día y él seguía durmiendo, trataron de despertarlo, pero el charco de sangre alrededor de la carretilla les advirtió que algo malo pasaba.
Habían degollado de un solo paso al pobre muchacho, quizá dormido todavía. Su rostro se veía tranquilo. Ese día la comunidad sintió tristeza, se preguntaban por la vida del chico, lamentaban su desgracia, y sobre todo el no haber conocido ¿quién era realmente?, ¿de dónde había venido?
Así pasa con muchas de estas personas a quienes algunos llaman plaga o simples mendigos... se juzgan por su manera de vivir, sin pensar el porqué terminan en ese camino.
Por diversas circunstancias, a veces de una vida (o destino) injusto. terminan cayendo en ese abismo del que ninguno estamos exentos de caer. Ese abismo de las drogas, que convierte la necesidad de borrar un sentimiento de dolor o soledad, en la más terrible de las adicciones. Llegando a ser lo único que brinda felicidad, ya sea porque transporta, por que hace que se olvide la realidad y la verdad de las cosas.
Pero hay para quienes esta ventana de escape se vuelve algo sin regreso, algo con lo que finalmente ya no pueden dejar de vivir. Sus vidas terminan sumidas en la mendicidad, no importa que no tengan un techo, o donde dormir, las calles y el asfalto se convierten en su lecho. Su mundo se convierte en fantasías, en sueños efímeros. Que no entienden quienes a veces indiferentes no los determinan.
Para ellos una limosna, una sobra de un alimento que otros tiran “por alguna razón”, es suficiente para ser felices, para tener lo necesario. Siempre que puedan tener con que comprar esa droga que les cura el alma, así su estomago, sus pulmones y neuronas se calcinen. Para ellos la vida es vivir el día a día, las preocupaciones dejaron de importar y las calles son su propiedad.
P.A.T
Para los amantes de la letra, la falta de inspiración, es la enfermedad mas grave del alma...